Intentaba rellenar vacios que
ella misma sabía que no podría reponer. Las huellas son marcas personalizas que
las personas especiales dejan en nuestras vidas cuando se van. Escuecen porque
en la mayoría se dejan en carne viva y se acaban infectando, de cosas que
quedaron por decir o por la dependencia hacía la persona que te clavó la
huella. Y solo te queda por entender que si esa persona se fue, es para no
volver.